Toda mi vida he querido ser psicóloga, siempre ha sido mi sueño. Cuando era niña competía en gimnasia deportiva. Ya con 12 años me llamaba mucho la atención la importancia de mantener la concentración y de encarar las competiciones con ambición, competitividad y optimismo. Recuerdo que entraba en el tatami, y segundos antes de iniciar el ejercicio, me temblaban las piernas y sólo pensaba en la desgracia que supondría olvidarme de todas las piruetas en esas milésimas de segundos antes de comenzar la música. Lo recuerdo como un momento aterrador. Hace 25 años la psicología deportiva era una ilusión, pero no una realidad.

Así que aquí estoy, para ayudar a los deportistas de alto rendimiento, que se juegan tanto y sacrifican su vida por un sueño, a que no tengan que vivir ese momento de pánico, y enseñarles que se pueden potenciar las variables psicológicas que dan un plus de calidad a la ejecución deportiva, tanto en deporte individual como de equipo.

Desde 1995 y hasta hoy, me he dedicado a trabajar felizmente y disfrutando muchísimo, con deportistas nacionales e internacionales, que compiten en las máximas categorías.

Además de la labor de psicología aplicada, imparto charlas y conferencias en el ámbito empresarial, haciendo llegar a la Dirección y puestos de responsabilidad, los valores del deporte de alto rendimiento. Estos valores son una referencia para sacar lo mejor de los trabajadores y aumentar la productividad y la eficacia.